Sin duda una de mis sopas preferidas y que apetece muchísimo preparar cuando llega el invierno.
La clave para que salga rica: paciencia a la hora de caramelizar la cebolla.
Requiere tiempo cocina la cebolla primero a fuego lento con tapa y un poco de sal y después a fuego medio/fuerte, añadiendo agua cuando se seca y aprovechando el propio azúcar que suelta la cebolla y que se va pegando en el fondo de la cazuela.
Pero merece mucho la pena.
Si no tenéis una cazuela apta para horno podéis gratinar el pan con el queso en el horno y colocarlo encima de la sopa en el momento de servir.
Espero que os guste mi versión de sopa de cebolla.
Ingredientes para 4 personas:
🔸5 cebollas
🔸800 ml de caldo de pollo. Si os gusta muy suelta poned 1 litro porque la miga de pan absorbe caldo.
🔸opcional: medio vaso de vino blanco.
🔸queso rallado para gratinar. El Emmental o la mozzarella le van muy bien.
🔸pan
🔸opcional: unas hojas de tomillo.
Elaboración:
Cortamos la cebolla en tiras.
En una cazuela con aceite de oliva virgen extra pochamos a fuego lento la cebolla con un poco de sal. Podéis hacerlo también con un poquito de mantequilla. Aunque parezca mucha cantidad de cebolla, vais a ver que a medida que se cocina se va reduciendo de tamaño. Es importante hacerlo a fuego lento.
Cocinamos la cebolla con la tapa a fuego lento para que se poche poco a poco. Cuando esté más pochada, destapamos y cocinamos hasta caramelizar.
Destapamos, subimos el fuego y empezamos a caramelizar, aprovechando lo que se va quedando en el fondo.
Cuando la cebolla esté bien caramelizada, podéis añadir un poquito de vino blanco y después, caldo de pollo.
Cocinamos todo junto durante 10 minutos para reducir un poco el caldo.
Servimos la sopa en las mini cocottes. Colocamos un trozo de pan y queso rallada por encima.
Gratinamos en el horno a máxima temperatura hasta que el queso esté fundido y dorado.
Puedes ver el paso a paso de esta receta en imágenes en mi Instagram, @foodtropia