Me chifla la crema de calabacín pero quería darle un punto diferente así que probé a añadirle albahaca fresca y un poco de feta y fue todo un acierto.
El queso le aporta cremosidad y la albahaca frescor.
Le pregunté a la nutricionista @elisa.blazquez qué le parecía esta crema y me facilitó información nutricional súper interesante que comparto con vosotros.
El puerro y la cebolla son ricos en fibra soluble prebiótica que alimenta a nuestra microbiota y nos ayuda a favorecer un buen tránsito intestinal.
Es una crema rica en antioxidantes, contiene potasio y es fantástica para personas con presión arterial alta y para prevenir la retención de líquidos.
La albahaca, además de aportar un sabor mediterráneo buenísimo, favorece una buena digestión y tiene efecto carminativo y calmante, haciendo de esta crema una alternativa fantástica para la cena.
Por último, para redondear su aporte nutricional, el queso feta incorpora calcio y proteínas como nutrientes estructurales y aumentando el efecto saciante del plato.
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Ingredientes para 4 porciones:
🔸1 calabacín
🔸1 puerro
🔸1/2 cebolla
🔸un puñado de albahaca
🔸un puñado de queso feta
🔸aceite de oliva virgen extra
🔸sal y pimienta
Elaboración:
En una cazuela con aceite de oliva virgen extra pochamos el puerro y la cebolla con una pizca de sal.
Añadimos el calabacín pelado y cortado en trozos y lo pochamos 5 minutos más con el puerro y la cebolla.
Cubrimos con agua y dejamos que hierva a fuego medio 5-7 minutos hasta que el calabacín esté blandito.
Apagamos el fuego y añadimos, el queso feta y la albahaca fresca.
Trituramos, probamos y rectificamos de sal y pimienta.
Servimos con un chorrito de oliva virgen extra, y si se quiere queso feta desmenuzado.
Puedes ver el paso a paso en imágenes de esta receta en mi Instagram, @foodtropia